martes, 1 de noviembre de 2016

NINFOMANÍA, Narrativa Crítica De La Sociedad Que Supera la Pornografía

Ninfomanía es la historia del auto reconocimiento de la naturaleza de Joe (Charlotte Gainsbourg), donde se narra el trasegar de una mujer en el mundo hostil en que ha tenido que existir. La forma narrativa es sólo una excusa para que el director danés Lars Von Trier continúe con la exploración de formas audiovisuales, donde utiliza los tabúes y censuras para realizar una crítica en contra de una sociedad que el cineasta presenta como hipócrita en lo que respecta a los temas de la sexualidad. 
Imagen tomada de: http://image.tmdb.org/
Ninfomanía fue dividida en dos volúmenes lo que revela un elemento temático, de modo que establece dos ritmos diferentes, uno más ligero que el otro. El primero, es el relato de la adicción al sexo de Joe y, de paso, el de su propia vida. Desde el principio, Joe va a subrayar que ella es una mala persona, mientras Seligman (John Skarsgard) va a tratar de matizar las afirmaciones de la narradora y cuya conciliación necesaria entre las dos posiciones no será fácil tarea para el espectador, sino que se acercará más a la interpretación pesimista que le director parece hacer manifiesta.

Éste primer volumen relata los inicios de la vida sexual de Joe (interpretada entonces por Stacy Martin), aquí la narrativa adquiere un tono más cómico que el resto, pero siempre con la intención de presentar los recuerdos en un tono de cómica farsa. Las narrativas de los años juveniles, se llenan con las descripciones de su primer encuentro con Jerome (Shia LaBeouf), el primer trabajo y los recuerdos de su infancia, familia y amigos, travesías en que el sexo se va imponiendo como una necesidad para la protagonista. Pocos tonos amargos opacan esta primera parte, pero se reconoce que éstos son parte integral de la vida de modo que hacen presencia en la remembranza de la muerte del padre de Joe (Christian Slater), o en la irrupción al apartamento de la protagonista por parte de H (Uma Thurman), quien persigue a su marido, enamorado de la ninfómana, hasta llegar al momento en que los sentimientos dejan de existir en la vida de Joe.

Imagen tomada de: http://nación.com
En contraste, el segundo volumen es más amargo, donde hace presencia el reconocimiento de la decadencia que viene con la madurez y la vejez. La insatisfacción llega a la vida de Joe y lo convencional y monótono se hace insoportable, de modo que empieza la búsqueda y exploración por las diversas maneras de despertar los sentimientos olvidados, por lo que paga por los servicios de K (Jaime Bell) para que la someta a prácticas sádicas. Con el tiempo, Joe se va marginando. Rechaza la obligación de asistir a grupos de apoyo para adictos y, finalmente, acepta el trabajo que le sugiere L (Willem Dafoe) como cobradora de chantajes para éste, así el segundo volumen se constituye como una farsa triste y llena de pesimismo.

Aunque los volúmenes comparten elementos, como el contrapunto que ocurre en el diálogo entre Seligman y Joe, donde ella narra mientras Seligman comenta sus aventuras comparándolas con la pesca, la polifonía musical y la historia del cristianismo. Las comparaciones hacen de sus digresiones espacios para convertir la experiencia de un personaje en las evidencias de otros conocimientos, lo que evoca cierto sentido de provocación con la reiteración de imágenes de las narraciones subvirtiendo el uso de la voz en off.

Imagen tomada de: http://www.screen.com.mx

Ninfomanía es una narración en la que se intenta alejar de lado cualquier moralismo facilista, insertando un humor cruel e incluso macabro, de modo que pretende develar el lugar que ocupa el sexo en la sociedad y en cómo la sociedad reacciona a éste. La sexualidad que muestra Von Trier no procura excitar, sino que es parte constitutiva de los personajes que vemos, de manera que el sexo que aparece es puramente necesario, no se encuentra forzado, ni se debe justificar, puesto que Joe se vuelve adicta y no lo puede dejar y el espectador no debe buscar pasión en él.


Las escenas de sexo que pasan una tras otra no son sino la descripción que hace de ellas un entomólogo, y no un pornógrafo. Al director le interesa mostrar cómo el sexo puede volverse un motor de poder, o una razón para marginar a quien es diferente. Von Trier a través de los comportamientos sexuales que aparecen en la película, busca enfrentar a la sociedad con su propia imagen, que aparece como un conjunto cerrado que no ha sido capaz de comprender la naturaleza de los individuos que viven en ella. 


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