jueves, 7 de julio de 2016

MANDRAKE, Una Serie para Recordar

Una voz en off, nos hace ésta insinuante introducción: “ese soy yo. Mi nombre es Mandrake. Soy abogado criminalista. Vivo cercado de clientes acusados de contrabando, tráfico de drogas, estupro, secuestro y otros crímenes menores. Cuando me mienten, les creo para defenderlos mejor. Cuando dicen la verdad, recurro a otros mecanismos psíquicos que alivian la conciencia, diciéndome a mí mismo ‘no juzgues, intenta entender’”. A partir de ésta declaración de principios,  el actor Marco Palmeira nos presenta a su personaje: Mandrake. 

Imagen tomada de: es.doblaje.wiki.com
Mandrake es una serie brasileña producida por Conspiraçao Filmes y que fue transmitida por HBO Latin America y que acaba de cumplir el décimo aniversario de su primera emisión. La serie se basa en los libros El Gran Arte de Mandrake y La Biblia y El Bastón del escritor Rubem Fonseca. Mandrake es la prolongación del escritor brasileño quien por más de veinte años ha presentado al detective en distintas situaciones, Rubem Fonseca nació en Juiz de Fora (Minas Gerais) en 1925, con su trabajo como abogado y comisario de policía anticipó al Mandrake futuro. En 1979 Mandrake aparece por primera vez en un cuento del libro El Cobrador.

Entre los libros y la serie existe una continuidad, se mantiene el tono distintivo de la prosa de Fonseca, la crudeza de su narrativa trasladada a imágenes, con un humor muy fino y negro, resaltando las conversaciones y en ellas como se vierten los personajes, todo esto teniendo a Río de Janeiro como el gran referente, y no sólo como telón de fondo, de modo que aunque se rememore la ciudad a través de sus espacios más icónicos, también hacen presencia sus bajos fondos, los lugares de decadencia  en los que los personajes desarrollan y se obsesionan con los placeres mundanos, en los que se devela la verdadera naturaleza humana.

En ésta serie los personajes que acompañan a Mandrake son igual o más perversos que el propio protagonista, de modo que aportan mucho más contenido a los casos que en cada capítulo nuestro héroe debe resolver. Y es que para Mandrake, antes que el ejercicio del Derecho se encuentra el bienestar de sus clientes, por ello cada situación tiene que ser resuelta con una ética a tono con la corrupta realidad que los circunda.  

Imagen tomada de: elaguijonmusical.over-blog.es
Entre los personajes de la serie se encuentran; a León Wexel (Luís Carlos Miele) es el mentor jurídico de Mandrake, se erige como la figura que representa la prudencia y el buen juicio, es decir, el camino de un buen abogado y al que siempre recurrirá para poder poner los casos, y en algunos casos su propia vida, en perspectiva.  El corazón del protagonista se debatirá entre el amor de Berta (Maria Luiza Mendonça) una mujer que ha copado durante un tiempo el corazón del protagonista, que puede describirse como la novia oficial, sin embargo reconoce que la forma particular del trabajo de Mandrake siempre lo conducirán a los brazos de otras mujeres, y a veces sólo necesita de sus mentiras para sentirse acompañada. Por otro lado se encuentra Bebel (Érika Mader) una joven que es la amante regular del protagonista, quien desestabiliza a Mandrake y representa el deseo puro, la lujuria, y quien inserta al protagonista en el desenfreno de la juventud de la nueva sociedad brasileña.


También hay que sumar a la serie su estrecha conexión con la cultura musical brasileña, y no sólo porque Mandrake sea un melómano que haga uso de su conocimiento musical —de hecho, su tema principal es la pieza Work Song de Charles Mingus—, sino en la participación que varios de los músicos brasileños más reconocidos, de modo que, Tony Belloto, el guitarrista de la banda paulista de rock Os Titãs, es uno de los guionista de la serie,  Dado Villa-Lobos, el guitarrista Legião Urbana, es el encargado de musicalizar los capítulos. Además, participan varios actores con papeles muy pequeños en el desarrollo de la serie.



Mandrake es una serie que puede atraer a dos audiencias, a los amantes de la literatura brasileña y los seguidos de series de autoconclusión, pues ésta puede verse de forma discontinúa ya que cada capítulo representa una historia independiente. Ésta serie se convirtió en un icono de las series latinoamericanas que hicieron presencia en el mundo, y con sus varias nominaciones a los premios Emmy, evidenció que se pueden contar historias que trasciendan las lenguas, que hay posibilidades de hacer televisión internacional por fuera del inglés. Así, Mandrake es una excelente manera de conocer la muy buena producción brasileña.


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