lunes, 19 de mayo de 2014

PEQUEÑA ODA AL CINECLUBISMO



Los sentimientos que de manera encontrada se presentan al ver la cartelera de las salas de cine de las grandes (y oligopólicas) empresas de exhibición en Colombia, se generan principalmente, porque si bien se ha ganado espacio con referente a variedad de títulos que se ofrecen, y si bien en la capital son más las salas, variadas las opciones y los espacios, aún se siente el agobio y la constante presencia del avasallante cine estadounidense, y en particular del impulsado por las grandes productoras y distribuidoras, que con sus historias y formulas mil veces repetidas, absorbe una gran cantidad de público qué aún visita las salas públicas, reduciendo así de forma considerable la posibilidad del espectador a una experiencia cinematográfica mucho más edificante.

El trabajo de más de medio siglo de personas, cine clubes, festivales y diferentes eventos de cine en Colombia han dado como resultado  que en las carteleras de cine aparezca un pequeño aparte denominado “cine alternativo”, y si bien éste no tiene la suficiente importancia debido a que es un esfuerzo incipiente por absorber un pequeño y limitado número de personas que quieren experimentar las diferentes facetas del cine, su implicación e importancia dentro de nuestra mercantilizada y manejada sociedad, tratando de encontrar que los medios de difusión, como el cine, son un soporte de nuestra cultura, intentando se esta manera escapar de los productos regulares que la industria cinematográfica tiende a lanzar al inconsciente colectivo, creando un freno o, peor aún, un factor de retroceso al deformar la sensibilidad artística del espectador, evitando que el escaso arte existente con posibilidades de concertarse pueda cumplir con su función social.

El cine ha sido y es considerado hasta hoy como espectáculo, debido a que el hombre únicamente es concebido como espectador. Una nueva cultura cinematográfica surgirá de la validez de sus ideas, de la originalidad de su lenguaje y sobre todo de la utilización cultural y política que se haga de la misma. Un cine que moviliza, que inquieta, que sacude conciencias, es no-racional en nuestro tiempo, porque es más importante llegar a diez millones de personas y un número de ganancias generadas por taquilla, que transformar la vida de un solo hombre con la verdad que conlleva una idea, pues “el cine, si se hace bien, regala pequeños fragmentos de vida que nunca olvidarás" Amarcord (FELLINI, 1973).


Allí entre la multitud, casi sin ser vistos, en medio de esta zoociedad, se encuentran unas especies que, aunque en vía de extinción, se niegan a dejar de existir. Se los ve en grupos pequeños desafiando la soledad, el miedo de la noche y el más grande enemigo que tienen, la indiferencia. La indiferencia de una realidad con la que todo el mundo coexiste pero nunca vive. La realidad del cine. El cine y todos los medios masivos que se meten en nuestras vidas sin permiso, carcomiendo la poca identidad que nos queda como personas y como sociedad. Los cineclubistas, los cineclubes, el cineclubismo, son palabras que flotan por ahí esperando que algún día cobren su verdadero significado, y no permitan la invasión despiadada de todo lo que vemos y escuchamos. Más que un bunker donde se refugian ciertos amantes del arte cinematográfico un cine club debe ser el espacio para reconciliarnos con lo que realmente es el cine en la sociedad actual, con su función artística, crítica y hasta política. No debe ser únicamente la distracción de un martes o un fin de semana. El cine debe ser un prisma que deje ver todo lo que nos llega reflejado atraves de esa pantalla gigante. Nada esta creado definitivamente. El cine no lo está. Y por ello un cine club es un espacio en donde permanentemente se está creando la idea de cine, en donde permanentemente se construye y reconstruye una sociedad y una realidad a través del lente de una cámara o de un proyector. No es una labor fácil, sobre todo con el monstruo de la indiferencia encima, pero es una responsabilidad social que alguien debe asumir. Todo cine club es una modesta academia de arte cinematográfica, hoy tan necesaria e importante en la vida diaria, no se trata de una simple erudición sino de considerar al cine espejo de la realidad contemporánea en la que todos actuamos y de la cual todos somos responsables.

Muchos leerán estas líneas y su vida seguirá igual, pero siempre habrá alguien que se una a nuestra lucha por no desaparecer.

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